- 01 Dic 2023
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Ser una mujer dominante implica, ante todo, escuchar a su pareja, respetando sus expectativas y límites. La dominatrix no es la que hace la solicitud; es buscada para sesiones en las que tomará el control sobre la otra persona a través de diversas prácticas previamente establecidas en un acuerdo mutuo. Se entiende que el sumiso cumplirá todos los deseos de la dominatrix para llegar al único desenlace posible: el placer. Este placer puede alcanzarse de diferentes maneras: a través del dolor, la humillación o la sumisión total al otro, pero siempre dentro del marco acordado. Es importante destacar que la dominatrix puede querer empujar los límites de este marco, pero solo si su pareja lo acepta.
No se debe asumir que hablar de dominación y dominatrix implica maltrato. En el BDSM, el dolor y el control existen, pero son solicitados y consensuados. Dominar y ser dominado forman parte de un juego sexual donde el poder y la autoridad tienen un papel fundamental.
Durante las sesiones, una dominatrix utiliza numerosos accesorios, siempre con el consentimiento del sumiso. Entre los más comunes se encuentran collares, esposas y ataduras, látigos y fustas, mordazas y velas. Desde una simple Loveroom hasta la mazmorra más equipada, desde los accesorios más básicos hasta el mobiliario BDSM más complejo, hay una amplia variedad de opciones que permiten a la dominatrix expresar su deseo de someter a su sujeto.
La artesanía francesa especializada en el universo BDSM está ampliamente representada y la destacaremos en nuestros próximos editoriales.
¿Sientes el deseo de descubrir el mundo BDSM? No hay nada mejor que salir a un club, participar en munches o buscar a tu alma gemela en sitios web especializados.